La economía será seguramente el tema de este 2014. Arrancar
el año con una “megadevaluación” del 30% son claros indicios de lo agitado y
turbulento que va ser este año. Con un dólar descontrolado, con una cotización
de $8, y con un sinfín de dudas sobre lo que vendrá, nos pone en alerta sobre
cuanto poder adquisitivo vamos a perder en estos 11 meses que nos restan. Los
sueldos tiemblan y se ven degradados frente a una crisis que quiere ser tapada
por sus progenitores. Para un gobierno nacional y popular es muy difícil
admitir el tarifazo que le hace a su pueblo. A mi parecer, más popular sería
admitir un problema que para algunos es preferible esconder. La suba del boleto
del colectivo; el incremento en el precio de la naftas; aumento en las
autopistas; y el aumento al día de hoy del 20% en los productos alimenticios,
son claros ejemplos de cómo se nos escapa aquella metáfora nacional y popular
que nos habían propuesto. Ni siquiera entremos en detalles sobre como la
asignación familiar ya devaluó un 30% desde sus inicios, allá por el año 2006,
o los jubilados, que ya están perdiendo poder adquisitivo por la falta de
actualización de haberes que recién se conocerá en el mes de marzo.
Duele admitir nuestras fallas, el narcisismo nos obliga a seguir
con nuestra idea cueste lo cueste. Duele admitir la inflación, duele admitir la
inseguridad, duele admitir que el cepo al dólar no funcionó, duele admitir el
descontento social. Pero a veces admitir no es malo, puede ser un efecto
contrario a lo que está ocurriendo. ¿No será la hora de decir?:” Señores\as
hemos tomado medidas equivocadas, necesitamos ayuda”.
@cronopio17
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