No podríamos poner a la inseguridad como el tema del día. La
inseguridad es un tema de siempre. Donde hay humanos, donde haya a quien
someter con miedo, ahí está presente la inseguridad. El miedo, fiel amigo de
los tiranos, se hace presente a lo largo de historia como método de opresión de
los pueblos. Mediante este, los seres humanos han decidido permanecer dormido.
Las cifras de este reciente año 2014 son aterradoras: nueve crímenes en
doce días. Todos asociados a robos. Para ser más precisos un crimen cada 32
horas.
Sin dudas que en el contexto del país los números son muchos
más que eso. Son el reflejo de un país que de a poco se le van acortando las
soluciones. Lamentablemente cada nuevo problema parece golpear a un gobierno que
sin descanso no para de atajar penales con arqueros suplentes. Para ser
ilustrativos: Pongamos el caso de la selección argentina. Sergio Romero es
arquero titular indiscutido. Figura sin dudas en el equipo del actual
entrenador. Sin embargo, a pesar de saber de su buena técnica y seguridad, no
conforma porque en su actual equipo, el Mónaco de Francia, es suplente. La
falta de actuaciones y su acotada presencia en el campo de juego, llenan un
manto de dudas en la sociedad futbolera, que sin verlo actuar, no hace más que
cuestionar su autoridad.
Jorge Capitanich y Axel Kicillof, ambos porteros inefables,
son buenos, pero no cubren el puesto que debería cubrir en este caso Cristina
Fernández. Y la gente, nosotros, los que votamos, queremos ver a los titulares,
no a los suplentes.
Silencio absoluto en los cortes de luz; silencio absoluto
sobre una agenda económica cargada de contradicciones; y mutismo ante la
inseguridad. El silencio genera inquietud. La inquietud genera intranquilidad.
La intranquilidad genera miedo y el miedo… otra vez volvemos al miedo.
Es verdad que las cifras asustan, pero más asusta el
silencio. Nadie tiene la culpa de nada, la pelota va de un lado a otro, como en
un juego del Barcelona, que en un principio fascinaba por su elegancia y
displicencia, pero que después de un
tiempo termina aburriendo, hasta hartando cuando solo es eso… muchos toques
pero sin goles.
No importa quien tenga la culpa de la derrota. En términos
generales es secundario. Lo que importan son las soluciones. Y en los malos
resultados, los titulares tienen que hacer valer su puesto.
@cronopio17
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