miércoles, 26 de junio de 2013

Compañera

Cuando una mano se posa arriba de una mano, el mundo se detiene, la incertidumbre acecha por un instante, y todo cambia al momento que el roce divino  llega a concretarse. Cuando una mano posa arriba de otra mano, hay una energía que recorre todo el cuerpo, que sale en forma de sonrisa, llanto o desesperación. Cuando una mano posa sobre otra mano, los últimos retoños del verano se esfuman como partículas en el vacío. Cuando  una mano consigue otra mano, uno se siente acompañado, con un amigo, un fato, una esperanza, un retrato. Cuando alguien se toma de la mano, en ese instante, algo nace, algo muere...



No hay comentarios:

Publicar un comentario