
Cuando una mano se posa arriba de una mano, el mundo se
detiene, la incertidumbre acecha por un instante, y todo cambia al momento que
el roce divino llega a concretarse. Cuando una mano posa arriba de otra
mano, hay una energía que recorre todo el cuerpo, que sale en forma de sonrisa,
llanto o desesperación. Cuando una mano posa sobre otra mano, los últimos
retoños del verano se esfuman como partículas en el vacío. Cuando una mano
consigue otra mano, uno se siente
acompañado, con un amigo, un fato, una esperanza, un retrato. Cuando alguien se
toma de la mano, en ese instante, algo nace, algo muere...
No hay comentarios:
Publicar un comentario